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Flash: Rebirth #1 nos trae una historia que avanza a ritmo acelerado, después de todo, es protagonizada no solo por uno sino por dos corredores escarlata.Williamson se enfrenta a la complicada tarea de balancear dos tramas dentro del corto book: su piloto de Flash, que presenta personajes clave y un crimen que queda sin resolver y obviamente Barry retomará en futuros issues, y en segundo lugar el fragmento de la historia ligado fuertemente a DC Universe: Rebirth #1. Y he aquí un detalle clave, no se sienten a leer Flash: Rebirth #1 sin antes haber leído el primer issue del evento Rebirth, ya que ambos comics están extensamente ligados.
Después de una primera mitad en la que Williamson introduce a Barry Allen en su faceta de analista de escenas del crimen y los personajes que lo rodean, la segunda parte del issue es dedicada totalmente al evento principal de Rebirth. La escena del reencuentro entre en Barry y Wally, que ya fue representada en DC Universe: Rebirth #1, vuelve a ser ejecutada esta vez por Di Domenico cuyas ilustraciones son menos detallistas pero poseen un estilo de sello propio, característico de un artista seguro de su visión para la historia y los personajes. Con fondos borrosos y luces todo el tiempo difuminándose, el dibujante logra representar a la perfección el mundo desde los ojos de Barry Allen.
Lo bueno de volver a ver la escena que marca el regreso de Wally West, con su anticuado traje de Kid Flash al universo DC, es que ahora nos quedamos con ellos un rato más y somos testigos del final de la conversación. Sin entrar en demasiados detalles, al final de la charla, después de las advertencias de Wally: “...We’re being watched” (“Estamos siendo vigilados”), ambos corredores vuelven a separarse. West decide reunirse con los Teen Titans para averiguar que saben ellos al respecto de este enemigo aún desconocido que se robó fragmentos del tiempo, de la historia, mientras que Barry se dispone a investigar por su cuenta y de la mano nada más y nada menos que de Batman.
En la batcave, Bruce le cuenta a Barry sobre su visión de Wally (otro de los hechos que ocurrió en DC Universe: Rebirth #1) y de la aparición de un botón con una sonrisa y una mancha de sangre. Batman llegó a pensar en un momento que se trataba de una pista dejada por Joker pero hacia el final de la conversación comprenden que hay una conexión entre la advertencia de Wally sobre un enemigo vigilante y la aparición del botón. Flash y el caballero oscuro permanecen conversando seriamente al respecto mientras Williamson se despacha con la mejor frase del book, salida directamente del monólogo interno de Barry: “A part of me wants to make a joke to lighten the mood, but Superman once toll me there is no laughing in the batcave”, que puede traducirse a: “Una parte de mí quiere hacer un chiste para alivianar los ánimos, pero como Superman me dijo una vez, no existen las risas en la batcave”.
Ningún villano de la galería de Flash es presentado en este book, excepto Professor Zoom que hace acto de presencia en una visión/flashback que sufre Barry, aunque la aparición de Zoom parecería más bien una herramienta del guionista para hacer transición hacia un monólogo sobre el pasado. Si bien todo indica que los números de Flash: Rebirth tendrán una importante conexión con los de DC Universe: Rebirth, es obvio que en algún momento volveremos al crimen de las primeras páginas, el otro storyline que el escritor empieza a desarrollar. Una madre asesinada, una confesión de culpabilidad por parte de su marido y un niño que presenció la escena y ahora queda solo, abandonado. Un caso que se asemeja demasiado a eventos que también le ocurrieron a Barry Allen como para no tener algo que ver.
Flash: Rebirth #1 es una lectura intrigante, agradable y clave para estar al día con el masivo evento que DC Comics se trae entre manos. Joshua Williamson y Carmine Di Domenico definitivamente hacen un buen trabajo y se llevan un 8/10 (ocho sobre diez).
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